Empleo sin empresas o empresas sin empleo


Una empresa es una buena idea que alguien tiene y que además tiene la santa paciencia de desarrollar y de poner en valor, lo cual tiene mucho mérito. Para ello necesita dos cosas principalmente: 1.- Dinero y 2.- Personas que le ayuden en la ardua labor de convertir aquella idea o aquel sueño en algo real y tangible, en un entramado capaz de crear riqueza para sí, para los que en ella trabajan y para la sociedad a la que se vincula. Por lo tanto, una empresa, cualquiera que sea y cualquiera que sea su tamaño, es algo más que un simple mecanismo de ganar dinero (a veces de perder, claro está y son los riesgos admitidos) o pura estadística, es un fenómeno que trasciende lo puramente empresarial para intrincarse en el tejido social. Incluso a veces traspasa las fronteras locales para conquistar países o continente. En Murcia lo sabemos porque siempre hemos tenido ejemplos que admirar como El Pozo ahora o como La Molinera hace unas décadas, de mi admirado José Hernández Pérez, el hombre que puso el nombre de Murcia en Europa y en el mundo, cuando Murcia era poco más que un pueblo grande y al que, creo, no se le ha considerado como debía, pero ya hablaremos de ello.
Bien. Decía que la empresa necesita dinero y trabajadores para desarrollarse y ahora por falta del primer requisito sobran los segundos. Por eso necesitamos a los bancos, cuyo fin empresarial es prestar dinero. Pero las circunstancias económicas han cambiado radicalmente en muy poco tiempo y ahora tenemos que los que antes tenían dinero (la banca), ahora no tienen un duro y si lo tienen lo necesitan para sobrevivir ellos y si, encima, pierden dinero prestando pues se acabó lo que se daba (o prestaba). Y, lo peor, es que esta situación no parece ser meramente coyuntural, ni se va a resolver a corto plazo, con lo que todos hemos de cambiar con urgencia de perspectiva y de planteamiento, sobre todo las empresas, si no queremos mantener esta situación más tiempo del estrictamente necesario. De la financiación depende toda la estructura económica de un país: empresas, Estado y particulares. La manera de luchar contra la falta de dinero es muy diversa, por ejemplo las empresas reducen la producción con menos trabajadores, los particulares dejan de consumir, los bancos se enrocan en su cuenta de resultados y el Estado sube los impuestos, los muy pillos, (copago efectivo no declarativo, ya lo verán en sus declaraciones de impuestos, este año no pagamos las vacaciones con la devolución).
La cadena económica se está rompiendo y hay que soldarla nuevamente y debemos empezar por el eslabón más importante, ahora mismo, que es la empresa. Éstas deben entender que el sistema ha cambiado y que deben abrirse a los mercados para mantenerse, para proyectar el futuro y para reconvertirse. Es cierto que la banca aportaba a las empresas facilidad y rapidez en los flujos de dinero, y que, seguramente, los mercados financieros, sobre todo al principio, serán más lentos y dificultosos, pero también darán a la empresa fuerza, solvencia e imagen exterior.
La Bolsa para empresas grandes o el MAB (Mercado Alternativo Bursátil) para las pequeñas y medianas o los circuitos de internet (Ángeles Inversores) para los proyectos innovadores, son las alternativas hacia las que debemos dirigir nuestros pasos, teniendo en cuenta que las opciones financieras se irán incrementando y consolidándose conforme vayamos utilizado estas nuevas formulas de obtención de recursos financieros. Abrir significa acceder a muchos contenidos desconocidos y si lo hacemos con seriedad y rigor veremos cómo se multiplican las opciones y la protección futura de nuestras empresas abandonando la excesiva dependencia que hasta ahora teníamos de los bancos.
No vamos a descubrir nada nuevo ni a meter la cabeza en un agujero negro e insondable, no, pues en USA se hace desde hace muchos años y los mercados ya están muy desarrollados y maduros. Pero en España siempre llevamos atraso y nos cuesta mucho adaptarnos a los nuevos tiempos. La realidad es muy sencilla y obliga y los asesores financieros estamos para guiar, aconsejar y resolver todos los problemas que puedan surgir. Las ventajas son muchas con respecto al sistema anterior: por un lado se reparte el beneficio de la financiación entre muchos inversores que creen en tu proyecto y, por otro, esta atomización reduce los riesgos de cancelaciones anticipadas y apremiantes de créditos y préstamos que han provocado tantas calamidades y daños a las empresas.
Seria interesante que todos entráramos en el futuro de la mano, concienciados de que no somos compartimentos separados unos de otros sino un mismo objetivo. Para ello yo les propongo la creación de un fondo de inversión murciano que ayude a las empresas a los investigadores y a los innovadores a desarrollar sus proyectos de futuro con solidez, meticulosidad y precisión. De esta manera los murcianos podrimos recoger los dividendos o la rentabilidad de la imaginación, la creatividad, el trabajo y la ambición de nuestros vecinos. Al tiempo que contribuiríamos en la creación de puestos de trabajo, como objetivo principal, y a aumentar la riqueza de nuestra Región.
¿Qué les parece?

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